Era de mañana y yo me preparaba para un día común y corriente para hacer llamadas transcendentales de todo tipo, llamadas de ultratumba, interestelares y hasta amorosas y románticas, pero hubo una llamada que cambiaria el rumbo del día y de los 4 días consecutivos
Se trataba de mis compinches que me invitaban amablemente a la playa, con la condición de que se hiciera presente mi casa de campaña. Acepté.
La cosa era irnos el lunes y regresar el martes pero la cosa se complicó.
Y como es una historia larga, solo contaré una pequeña embarrada de esta. Ya que de contarla toda, y todas las hazañas y desventuras que pasamos fácil podría ser confundida con un nuevo testamento de la Biblia cristiana y cada año los fieles cristianos representarían las hazañas en la autopista a Ixtapa de las cuatro caídas del coche en el que los cuatro Mesías viajaban. Un pequeño y tartamudo bocho. El bocho-cuate.
Resulta que debido a fallas mecánicas del mencionado bocho-cuate nos vimos obligados a acampar en una desfachatada caseta de cobro donde abundaban camioneros mal-olientes, que por cierto mis compañeros de andanza inventaron un supuesto romance mío con uno de esos camioneros, el cual desmentí, pero lo qué sí al despertar pregunté angustiado a mis colegas: ¿cómo sabemos si no fuimos violados por calenturientos camioneros bigotones? Todos empalidecieron y ante la duda preferimos ignorar la teoría, y olvidar por completo nuestra estadía allí.
Seguimos el camino con el bocho cuate, el cual debido a su desgaste venia tirando humo a montones, temimos entonces ser perseguidos por la green peace hasta capturarnos y hacernos dar una pequeña cooperación para salvar la vida en otros planetas.
Gracias al invento de Sir Isaac New town (léase gravedad)* pudimos llegar a nuestro destino cambiado, es decir no a Ixtapa pero si a costas michoacanas donde nos dieron posada, donde quedó internado el bocho-cuate. Mientras nosotros acampábamos en la playa y nos revolcábamos en el mar cual si fuéramos perros recién bañados en un montículo de arena.
En fin toda una historia bíblica, con sufrimiento, milagros, gente traicionera, y Mesías.
Y que dada mi pésima redacción dudo que hayas entendido algo de lo aquí explicado.
Ahora sufro porque unos malvados mosquitos que se decían ser mis fans quisieron llevar sangre mía de recuerdo autografiada y ando todo picoteado y sufro, ya no quiero insectos fans.
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*No querido lector, Isaac Newton no inventó la gravedad, es sólo un decir así como Alexander Graham Bell NO inventó el teléfono.