Aurelio está sentado en su sofá favorito, en ese lugar ha pasado la mayor parte del tiempo desde su jubilación. Su cabeza llena de canas y sus manos repletas de lentigos le hacen recordar que su juventud pasó hace mucho, y que a sus 76 años recordaba tantas cosas no muy positivas..
No tuvo nietos, siempre decía que los niños eran un fastidio y por eso no quiso hijos. La verdad es que era incapaz de producir esperma suficiente, pero nunca le dijo a nadie. Siempre fue un estudiante mediocre, y debido a eso no pudo obtener el puesto soñado, era muy puntual en su trabajo eso nadie se lo negaba, pero tampoco nadie se lo reconocía.
Estudió en la escuela de derecho, el quería estudiar bellas artes, pero su padre decía que entonces moriría de hambre, fue licenciado y pasó lo mismo que si hubiera estudiado bellas artes, sólo que sin la felicidad que las artes le despertaban.
Claro, no quiere decir que haya sido triste durante su vida, fue un aventurero, pero por lo regular viajaba solo, eso no le molestaba hasta que conoció a Maru, quien fue su compañera de viajes y andanzas durante mucho tiempo. Un día Maru se hizo de un novio y fue que empezó a alejarse de Aurelio poco a poco. A él como era mas bien solitario no le importó mucho y siguió viajando él solo.
Pero secretamente a veces le daban ganas de matar a ése novio de Maru. Varias veces lo intentó, mentalizaba cómo sería el asesinato perfecto y hacia leves sonrisas mientras lo imaginaba, pero nunca llevó a cabo sus planes.
Vivió él sólo en un departamento, se dedicaba a la abogacía pero en sus ratos libres escribía pequeños cuentos, su sueño era escribir una gran novela que trascendiera en la historia, pero su imaginación no daba para mucho. Por eso sólo escribía pequeños cuentos, la mitad de ellos aburridos y miserables.
Cuando conoció a Carmen su vida dio un giro total, era como darle un antiácido a alguien que sufre de reflujo, o un bolillo a un niño muerto de hambre, vivió con ella, se casó con ella y aunque Maru siempre estaba metida en su cabeza se puede decir que fue feliz.
Viajaban poco, el trabajo de Aurelio se los impedía, salían de ves en cuando, pero Aurelio prefería pasar tiempo en su jardín, cuidándolo, y vigilando que ni una sola rama de pasto estuviera seca. A veces Carmen se preguntaba si prefería a ella o a su jardín, pero nunca se lo preguntó. Aurelio, por supuesto prefería a Carmen, pero ella podía cuidarse sola, nunca supo cuanto quería a Carmen incluso quizá mas que a Maru lo supo hasta el dia que Carmen murió.
La muerte de Carmen le hizo recordar muchas cosas, sobre lo infeliz que era antes de conocerla, y lo mediocre de su vida, y que cuando el era joven pensaba que sería mejor no haber nacido, Carmen lo había salvado de su vida aburrida y mediocre.
lunes, junio 22, 2009
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2 comentarios:
ya comenten ¿no?
Pobre Aurelio!!!, debe de ser triste darte cuenta de que tu vida no era tan mala justo cuando está apunto de terminar...
xoxo
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