¿Quién?

Ayer estaba recostado en la cama del cuarto de las visitas, bueno, actualmente ya no es cuarto de las visitas, mi padre se adueñó de él para hacer ahí si guarida.
Solamente me recosté ahí, nada mas porque sí. Me puse a pensar en nada, ese lugar resulta muy tranquilizador. Noté que me estaba quedando dormido y me paré y me fui a mi recamara.
Me acosté, y me dispuse a dormir pero entonces alguien abrió la puerta. Entró a mi cuarto y se paró al lado de mi cama. Era un señor, era gordo, no distinguía donde empezaba su cuello y empezaba su pecho, vestía mas bien elegante y tenia una cara seria, casi gruñona. Sin mas me empezó a preguntar sobre mí, que si realmente me gustaba mi carrera- claro que me gusta, sino no leería los libros que por cierto están regados por doquier. Que porqué Elena se sentía mal por mi culpa – Es que no sé si realmente sea mi culpa -le dije- a veces tal vez sí, pero otras veces ambos la tenemos.

De pronto se quedaba callado se sentaba en mi cama dándome la espalda y yo me quedaba dormido, pero después me despertaba- ¿Crees que tu mamá se recupere pronto?- no lo sé, le dije, pero espero que sí.
¿Escuchas eso? Es un mosquito, escúchalo con atención. ¿Qué te querrá decir?
Tienes mucha tarea eh?, ¿cómo le vas a hacer? Hasta ahorita no has hecho nada.

Bueno muchacho, tengo muchas cosas que hacer, no me entretengas mas, me voy.

Y así como llegó se había ido, ¿qué hará ese señor todo el día? Por qué solo molesta a las personas durante la noche cuando uno se quiere dormir. Siempre cuando va a amanecer se va a toda prisa, debe ser un hombre muy ocupado.