Era cerca de media noche, la oscura noche era embriagada por el frío invernal.
Yo me disponía a practicar mi firma para que nada saliera mal al día siguiente cuando tramitaría mi credencial del Instituto Federal Electoral. Tomé el primer lápiz a mi alcance y firme una hoja entera.
No quedé satisfecho con el resultado y me propuse mejor practicar con la señorita, mi siempre fiel y querida pluma fuente, la cuál brilla tanto que encandece hasta al mas ciego.
La SeñoritaTomé entonces un taxi a “suites Mochila”, lugar donde reside la señorita, toqué a su puerta pero no hubo respuesta alguna. En ese momento no me preocupé puesto que soy propietario de unos nervios de acero.
Me pareció extraño que no estuviese en su departamento puesto que ella nunca sale de él a des-horas. Así que decidí ir a buscarla a lo largo y ancho de toda la recamara.
Fue cuando me di cuenta que ese era un trabajo para:
Omar agente de investigaciones secretas, privadas y solo importantes para él. A.C
Omar HolmesEmprendí la búsqueda por debajo de la edificación mas grande del cuarto mío; La Cama. Me infiltré en uno de sus callejones que eran tan oscuros y húmedos cual boca de lobo hambriento. Ahí me encontré con el primer sospechoso del caso:
Dixon P. Azabache. Un Joven bocetador de tez oscura el cual vivía en el mismo edificio departamental que nuestra señorita.
Joven DixonMe le acerqué con la timidez digna de una tortuga con tal de no ahuyentarlo, y a continuación le dije.
Linda noche la que hace hoy ¿no cree Sr. Dixon?, dígame,
¿dónde estuvo usted el día de ayer?
-justo aquí señor- me dijo viéndome a la cara con una mirada de hammster asustado.
-¿viste a la señorita hoy?,¿quizá ayer?-le pregunté.
No señor llevo aquí tirado como una semana y no la he visto.
Me alejé de ahí, velozmente para ir de nuevo a su suite en busca de ella.
Toqué nuevamente la puerta, pero sin respuesta.
Escuche ruido dentro y toqué aun mas fuerte. Sin respuesta alguna.
Retrocedí un par de pasos y entonces me dispuse a derribar la puerta.
La derribé como rinoceronte enfurecido y al entrar vi a Papper M. Liquid papper. Un viejo corrector liquido el cuál yacía sobre su cama durmiendo a pierna suelta.
Lo desperté bruscamente- ¡Que sucede!- me dijo sorprendido.
Pues que tu compañera de cuarto, La señorita, a desaparecido!!- me vio con una cara de terror cuando por fin dijo: entonces ¿no fuiste tú quien la sacó esta noche?
¿Alguien la sacó?- le dije con tono intrigado.
Sí -respondió- bueno, no estoy seguro de ello, pero no salió de aquí por decisión propia, el caso es que estábamos platicando cuando hubo mucho movimiento y la vi saliendo por la ventana yendo de espaldas, pero te puedo decir mi querido Omar Holmes que no he visto yo mano alguna. Por lo que creo que fue una abducción extraterrestre.
Gracias ,mate, por la información- le dije- indagaré sobre el tema esta noche y mañana seguiré la investigación.
Regresé a mi cama tan rapido como pude y al llegar me recosté sobre ella dispuesto a indagar el intrigante caso. No daba con el secuestrador pero sí con varios sospechosos.
Daniel Alias “el canas”.
Recuerdo que él ya la había secuestrado una o dos veces pero por no mas de 10 minutos aclarando que todo se trataba de una broma. Pero todos sabemos que entre broma y broma la verdad se asoma. Luego recordé que él se había mudado de la ciudad hacia ya unas cuantas semanas por lo que no pudo secuestrarla.
El tintero: el cual está sumamente enamorado de la señorita y viceversa; la señorita solía decirme que ella sin el tintero no podría vivir.
Pudieron quizá escaparse sin avisar a nadie rumbo a Acapulco.
Sospeché también que entre tantos agites que habíamos pasado unas horas antes en el bocho del tata (el tercer sospechoso: el bocho del tata). Donde habíamos estado 8 quizá 9 personas sin contar a los habitantes de “suites mochila”.
El ultimo sospechoso era ella misma, ya que estaba cansada de que nomás la usaba cuando a mi se me antojaba dibujar y no cuando ella lo quería hacer.
Pasaron días sin novedad alguna, el tiempo me parecía que era jalado por una tortuga coja pues iba muy lento.
Dirigí mis pasos a otro lugar usual:
El bol Morelia lugar donde se practica el boliche.
Ahí esperaba mi turno de tiro cuando se me acercaron dos sujetos de aspecto casual, pero de expresión indiferente.
Tengo algo importante que deciros- me dijo uno de ellos con voz baja y carrasposa-, vamos jolines, tira que es tu turno y regresa enseguida a charlar conmigo.
Hice lo propuesto y regresé.
Tengo algo muy importante que es vuestro.-murmuró, volteó a ver a su compañero y le dijo- Yitini decidle al tío este lo que traemos entre ojos.
Ganster Tata mientras trataba de fugarseUn hombre grotesco robusto con una enorme cicatriz que le cruzaba a lo largo del ojo izquierdo se me acercó y me susurró al oído.
Gangster Yitini.Tengo en el podere nostro una molto importante cosa para ti- me dijo.
Aterrorizado me quedé y enseguida me dijo- queremos recompensa... ¡¡¿capicci?!!
Cualquier cosa con tal de tener a la señorita de vuelta.
Sí, la recuperé y ella me dijo que mientras yo estaba en el boliche la vez pasada, ella por accidente resbaló y cayó por la ventana quedando inconsciente y a la deriva en el bocho del gangster , el gangster la recogió y se aprovechó de ella (dice que se hizo unos tatuajes con ella el ganster) y de mí, ellos saben lo importante que ella es para mí.
Caso resuelto.
Mi querido Watson, ¿que te parece si vamos a tomar té a baker street?
Soy fan de Sir Arthur Connan Doyle creador de Sherlock Holmes.
Sí, esta historia es casi verídica.